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OCHO

Terminada la jornada, Yalda recogió sus pertenencias antes de dirigirse a la oficina de Alexander para informarle que se marchaba. Abrió la puerta y entró en su espacio, su mirada se encontró con la de él de inmediato.

—Me voy ahora, señor. ¿Necesita algo más? —le preguntó.

Aún no habían hablado m...