Read with BonusRead with Bonus

SESENTA Y NUEVE

Las luces estaban tenues, las sábanas crujientes y frescas, las cobijas cálidas y acogedoras, y su toque era suave. El momento era sereno, la tranquilidad hacía que la tensión en los nervios de Yalda se disipara lenta pero seguramente. No podía recordar cómo había llegado a la cama; estaba embelesad...