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El día amaneció cálido y dorado, una mañana perfecta para la sorpresa que Ioannis había planeado. Yalda se despertó al sonido de las olas acariciando suavemente la orilla a lo lejos. La brisa traía el aroma de sal y sol, y cuando se dio la vuelta en la cama, Ioannis no estaba a su lado. En su lugar,...