Read with BonusRead with Bonus

DOCE

Yalda no estaba segura de cuánto tiempo había permanecido allí de rodillas. No sabía cuánto tiempo había llorado, ni cuánto tiempo le había tomado a su alma dejar de anhelar la presencia de Alexander. Pero eventualmente, se recompuso y fue al baño a tomar una ducha fría.

Esa noche se había acostado...