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¡Hora del baño!

—Deborah, ¿puedes traerme esa taza de café? Mi brazo todavía me duele.

—Claro, Jim. Aquí tienes.

—Ah, gracias. ¿Y podrías ayudarme a bajar ese libro del estante? Creo que está demasiado alto para mí.

—Está bien, Jim. ¿Pero no puedes levantar nada con tu brazo lesionado?

—¡Ah, esas son órdenes de...