♥ PRÓLOGO ♥
¡Buenos días, lectores! Quiero disculparme por los errores en la historia, el problema es que no hablo inglés, soy de Brasil y estoy tratando de aprender inglés, pero es un desafío.
Lamento las molestias, pero espero que le den una oportunidad a la historia.
23:15 - Casa Wilson - Nueva York. - EE.UU.
Miércoles.
Scarlett Wilson.
Me despierta un ruido fuerte en la planta baja, mi corazón casi se me sale por la boca del susto. Reuniendo mi valor, me levanto de la cama y voy hacia la puerta, preguntándome si realmente debería salir o no. Porque no quiero que mis padres me regañen por mi curiosidad. —Escucho el ruido de nuevo, solo que esta vez es mucho más fuerte.
¡Al diablo!
Salgo de la habitación con pasos lentos, mi corazón late tan rápido que temo tener un ataque al corazón aquí mismo. Cuando llego a la cima de las escaleras, me escondo y solo asomo la cabeza para ver qué está pasando. Me sorprende bastante ver a mis padres de rodillas y a hombres con trajes negros apuntándoles con armas.
—¡¿Dónde está el dinero de nuestro jefe?! —El hombre con el arma gritó algo que no entendí.
¿Qué dijo?
—P-Por favor... Y-Yo pagaré. —Suplicó mi padre.
¿Pagar? ¿Pagar qué?
—¿De verdad crees que somos idiotas? Sabemos muy bien que tenías el dinero, no pagaste porque no quisiste. —Pude notar por el tono de voz del hombre que no parecía nada contento con lo que mi padre había dicho.
Nunca había visto a mi padre tan aterrorizado. Miró al suelo y luego giró su rostro hacia mí. Sentí que el aire se me escapaba de los pulmones cuando nuestras miradas se encontraron. —Me congelé de miedo al ver una sonrisa maliciosa formarse en su rostro.
—¡Allí! —me señaló.
Los hombres rápidamente miraron en mi dirección.
—Ella podría ser el pago. —Mis ojos se abrieron de par en par por la sorpresa.
¿Qué acababa de decir? ¿Pago? ¿Qué? ¿Qué quiere decir?
Podía sentir las miradas de los hombres sobre mí.
—Muy bien. —Dijo algo que no entendí.
Sentí mi cuerpo congelarse una vez más de miedo al ver al hombre acercarse a mí. No podía moverme, mi mente me gritaba que corriera y me escondiera, pero desafortunadamente mi cuerpo no obedecía.
—¡Vamos! —Me agarró la muñeca sin ninguna delicadeza.
Tropecé con mis propios pies debido a su rudeza.
—¡Camina derecho, maldita sea! —Gritó enfadado.
Esto me hizo encogerme.
Miré a mis padres, si es que debería llamarlos padres. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver sus sonrisas satisfechas.
¿Por qué? ¿Por qué me está pasando esto? Siempre supe que nunca me amaron, pero nunca imaginé que me venderían así. Y lo peor es que no entiendo lo que estos hombres están diciendo, ¿qué idioma es este?
¿A dónde me están llevando?