Read with BonusRead with Bonus

28. Viaje a Payson

MAEVE

—¡Por favor, déjame ir, por favor! —suplicaba la mujer. Sus hermosos ojos almendrados de color avellana estaban rojos y empapados en lágrimas.

Un silbido agudo cortó el aire cuando el látigo azotó su espalda. Esta vez, ella gritó a todo pulmón. El dolor recorría su espalda hacia abajo, ha...