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Capítulo 104 Finge que esas manos son mías

La mano de Neil sigue moviéndose sobre su pene, aunque ha reducido considerablemente el ritmo.

Me observa con los ojos entrecerrados. Sus mejillas están deliciosamente sonrojadas. Sus músculos están tensos, como si se hubiera mantenido al borde durante mucho tiempo.

—Cierra la puerta —dice Neil, y s...