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Capítulo ocho

¡Dios mío! Sentía como si sus pulmones tuvieran una fuga lenta. No podía retener el aire. ¿Nathan estaba allí? Sentía tantas emociones encontradas. Estaba feliz, emocionada, nerviosa y, más que cualquier otra emoción, estaba asustada.

—Está adentro, hablando con Jacob —añade Clarissa, notando que l...