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Capítulo 2

Kim

Se puso pálido.

Tan pálido que casi estaba segura de que iba a desmayarse.

Pero luego enderezó los hombros y dijo:

—No me estás jodiendo.

Ojalá lo estuviera.

—¡Mierda!

Ella se sobresaltó, girando la cabeza hacia Cole, a quien acababa de colocar en su asiento del coche, y reprimió un gemido.

Un l...