Esclavizada por la despiadada mafia

Gemidos en el estudio

Punto de vista de Gabriele

—Así que encerraste a la belleza, ¿eh? —me preguntó Basilio mientras se acomodaba en una silla de mi estudio. No le dediqué ni una mirada, pero no parecía molesto por mi silencio.

Podía sentir su mirada en mi rostro y suspiré resignado—. Esa es la única manera en que...