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Capítulo 59

Amaris entró en la tienda y Lucy entrecerró los ojos al verla. Inhaló y el olor a sexo que acompañaba a su mejor amiga la hizo sentir náuseas. Se tapó la nariz.

—Diosa, Mari. ¿Cuántas veces te follaste a mi primo anoche?

Amaris puso los ojos en blanco.

—Probablemente tantas veces como tú te follaste...