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La luna de miel

Llegamos de nuevo a nuestra habitación y Malachi me empujó directamente hacia la cama.

Él me rodeó alrededor de la cama, como si yo fuera su presa, y me reí de él.

—¿Qué te pasa, señor Raith? —lo provoqué, mientras sus suaves labios se encontraban con los míos.

—Embriagado de amor y aire salado, ...