Read with BonusRead with Bonus

Yo sí

Nos encontramos con mi padre, quien estaba esperando para escoltarnos al campo de entrenamiento superior, y las damas se despidieron antes de apresurarse a ocupar sus lugares.

Sus ojos se llenaron de lágrimas tan pronto como me vio.

—No puedo llorar ahora —reí, mientras él se unía a mí.

—Estoy ta...