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121. Hogar, dulce hogar.

Conducíamos de regreso a casa rodeados de un completo silencio, salvo por la melodía apenas audible que sonaba casualmente en la radio.

Mi mirada se desviaba hacia él de vez en cuando, irresistiblemente atraída por la necesidad de admirarlo, asegurarme de que esto no era solo otro sueño engañoso y ...