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Capítulo 369 Ni siquiera Dios me perdonará

La fiesta acababa de empezar, y la mayoría de los asistentes eran jóvenes, ricos y parte de la élite social. Estaba claro que la celebración de James esta noche se trataba de pasar un buen rato.

Sebastián estaba rodeado de admiradores, sosteniendo una copa de vino con pereza y tomando un sorbo ocas...