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otra mujer

Helios nunca llegó. Esperó hasta casi la medianoche y se obligó a no llorar durante la noche.

El sol colgaba bajo en el horizonte, proyectando un cálido tono dorado sobre el extenso patio de la grandiosa finca de Helios. Lucía estaba en su ventana, mirando distraídamente los jardines que se extendí...