Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 35

—¡Maldita sea! ¡Dios! ¡Cristo! Quiero a este hombre. Estoy temblando de urgencia y al mismo tiempo quiero que vaya provocadoramente lento. Sus labios tocan mi piel justo encima de mi coño. Gimo y presiono mi pie aún más fuerte contra la mesa. Él empuja mi rodilla hacia afuera y besa más abajo. Su bo...