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El rey licántropo y su misteriosa Luna

A la mañana siguiente, todos se fueron a cumplir con las tareas que se les habían asignado. Nadie parecía tener problemas para trabajar juntos, y eso fue un alivio porque, por la Diosa, no necesitábamos más problemas. La hora del almuerzo pasó rápidamente porque, antes de darme cuenta, llegó el mome...