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El rey licántropo y su misteriosa Luna

—Sí, fue muy doloroso. Sentía como si mis huesos se rompieran, pero de una manera incorrecta. No sé cómo describirlo. Mi piel se sentía como si estuviera siendo estirada en un millón de direcciones diferentes y mi cabeza parecía que iba a partirse en dos. Mi loba empezó a gritarme que te escuchara y...