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Capítulo ochenta y siete

DAMIAN

En el momento en que cerré los ojos, me encontré de nuevo en el tiempo, en la sala de estar impecable de la mansión de mi padre, con el olor perpetuo del ambientador de pino. Había luces por todas partes, demasiadas para contar, debido al miedo de mi madre a la oscuridad.

En la habitación, ...