Read with BonusRead with Bonus

Capítulo sesenta y dos

AMELIA

—Hola, Amelia —dijo con desgana—. Por un momento pensé que habías desarrollado algún tipo de sexto sentido que te decía que yo estaba aquí. Pensé que nunca vendrías.

—Esta es la hora exacta a la que vengo todos los días —respondí secamente.

Mientras hablaba, mi mente iba a mil por hora. Lo...