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Capítulo cuarenta y dos

AMELIA

Estaba en shock. No había visto venir lo que acababa de suceder. Eché un vistazo a Damian, que estaba sentado al teléfono, hablando con un miembro de la firma que manejaba el testamento de su tío.

Sin apenas una pausa, terminó la llamada y comenzó a hablar con Anton, poniéndolo al tanto de ...