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Capítulo treinta y uno

DAMIAN

Estaba extrañamente tenso, y no sabía por qué. O tal vez sí lo sabía, y estaba tratando de reprimir mis sentimientos. Quizás si no los reconocía, desaparecerían. A mi lado, Anton seguía hablando sin parar sobre todo lo que había hecho con la modelo de París, ahora en su empleo. Anton, natura...