Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento dieciocho

AMELIA

Con los dedos entrelazados bajo mi barbilla, me senté en mi oficina, pensando en todo lo que Noah había dicho en la entrevista de televisión, una entrevista que estaba segura había sido vista por prácticamente toda la ciudad. O tal vez por todo el mundo.

Ese hombre ciertamente podía hundirs...