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Capítulo ciento quince

AMELIA

Sentía que mis ojos y oídos estaban trabajando horas extras. Mis ojos recorrían toda la sala de espera del hospital. Mis oídos estaban atentos para captar el más mínimo sonido. Esperaban escuchar los pasos de alguien que me diera la información que tanto necesitaba.

Intenté tragar el nudo e...