Read with BonusRead with Bonus

31. El regreso de los hermanos

Quinn

Fruncí el ceño al entrar en la mansión y escuchar el grito de Mia. Eso era inusual e inesperado. No parecía que estuviera gritando de alegría y, aunque lo fuera, no creía que hubiera algo en casa tan tarde que la hiciera gritar de alegría.

Fruncí el ceño ante el pensamiento en mi cabeza, empuj...