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Incesantemente

Los ojos furiosos sujetan a Deimos bajo sus garras afiladas, listas para hundirse en su carne y sacar sangre, mientras bocas sin vacilación lanzan palabras como dagas hacia él. Cada golpe lo recibe con calma y fuerza, como un verdadero guerrero.

Con la columna recta y la cabeza erguida, se encuentr...