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El peso de las expectativas

—¿Arrodillarse?

¿Griffon persiguió a Taya arrodillándose?

Zack miró su rodilla y supo que no podía arrodillarse frente a Gigi.

La noche siguiente, Zack se arrodilló sobre la suave alfombra, sosteniendo las manos de Gigi, y le rogó humildemente.

—Por favor, perdóname, prometo que nunca más me aprovec...