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Unidos por el deseo y los secretos

Griffon finalmente la soltó y le agarró la mano con los dedos, haciéndola sostenerse del pasamanos.

Taya se dio la vuelta y le preguntó —¿Qué... estás haciendo?

El hombre desabrochó su ropa, se inclinó cerca de su espalda y le susurró al oído —Sujétate fuerte.

Después de hablar, apagó las luces, ...