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Una disculpa frágil

Los labios de Johnny formaron una línea recta y lentamente esbozó una leve sonrisa.

—Tu hermano no necesita la ayuda de una mujer.

Gigi quiso decir algo, pero Johnny le lanzó un pañuelo de nuevo.

—Límpiate la cara. Te ves sucia.

Gigi tomó el pañuelo y se rió entre lágrimas. Con una familia tan b...