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La danza del deseo

Griffon miró a la mujer envuelta en una manta, con solo un dedo expuesto, y una sonrisa se curvó en sus labios.

—Ven aquí.

Taya era tímida, por eso él le pedía que se acercara, pero ella le pidió que fuera él quien se acercara. Si ella iba, parecería que se estaba ofreciendo, lo cual no quería hac...