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El punto de quiebre

Cuando Preston dijo esto, casi lo gritó, su voz era tan fuerte que resonó por toda la habitación, y Harper se asustó, su rostro se puso pálido.

—¡Baja la voz!

—¿Por qué? ¿Tienes miedo de que nos escuche?

Preston extendió la mano y le pellizcó la cara, apretándola con fuerza.

—¿Tienes miedo de qu...