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Una apuesta desesperada

El plan de Emelyn falló, y Taya intentó apelar a sus emociones.

—Señora Davies, sabe que a Griffon solo le importo yo.

—Mantener a mi amigo como rehén no le servirá de nada. ¿Por qué hacer sufrir a personas inocentes?

Emelyn miró los ojos claros e inocentes de Taya por un momento antes de agitar ...