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Adiós al amor

Al ver a Silas en tanta angustia, los ojos de Harper se entristecieron de nuevo.

—¿No vas a verla nunca más?

Silas guardó silencio.

—Podría dejar de pensar en ella si no la vuelvo a ver. Pero si lo hago... ¿perderé la cabeza de celos? —se preguntó.

Se quedó sentado en el mismo lugar durante much...