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Deseos ardientes

Su acción asustó a Taya. Rápidamente retiró sus pies y dijo con una expresión horrorizada:

—No tienes que hacer esto.

Estaba bien siempre y cuando él no la lastimara. No necesitaba rebajarse por ella. Era incómodo. Griffon levantó sus ojos claros y profundos, y asintió hacia Taya, pero se negó a e...