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Ceremonia de apareamiento de Harpers

Al ver que Taya estaba molesta, Harper se apresuró a detenerla para que no saliera de la habitación, pero Taya la empujó.

Harper suspiró con impotencia. —¿Por qué eres tan condenadamente terca?

—Me has cuidado desde que era pequeña, desde que no tenía un lobo en quien confiar. Nunca he podido hace...