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Ecos de malentendidos

Cuando Taya escuchó la palabra "hogar", le pareció ridículo. —Ese es tu hogar, no el mío —dijo. Nunca tuvo un hogar, desde que era una cachorra de lobo hasta su adultez.

Pensó que encontrar a su hermana le daría una familia, pero el hombre frente a ella, que decía ser el esposo de su hermana, la ha...