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Sombras de control

Cuando Taya se despertó, ya era de noche. Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar. Levantó la mano y se frotó los ojos. Cuando los abrió de nuevo, estaban un poco borrosos. Se sentó en la cabecera de la cama, aturdida. Después de calmarse durante un buen rato, volvió a enfocar la vista......