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Confesión sincera y dolor oculto

Harper lloró durante dos horas como si todas sus lágrimas se hubieran secado antes de dejar de sollozar.

Taya se burló de ella con una sonrisa. —No esperaba que fueras tan llorona.

Harper no estaba de humor para bromear con ella. —¿Sabe Stella que no puedes ver?

Taya negó con la cabeza. —Prefiero no...