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Verdad o bebida

El estómago de Lita aprovechó ese momento de silencio entre ellos para rugir con fuerza.

—Y ese, sería el sonido de un lobo hambriento —bromeó él, apartándose para besarle la frente—. Vamos, la cena ya está en la estufa.

—¿No debería... ya sabes... ropa? —Lita señaló al cuerpo aún desnudo, cubier...