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Emparejada

Sin una pizca de reserva entre ellos en el suelo de esa habitación de hotel, Lita tomó las manos fuertes y callosas de Cole, guiándolas suavemente contra sus hombros hasta que las tiras de su vestido cayeron. Fue un movimiento lento y tortuoso que la dejó respirando con dificultad, con los pezones ...