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No te enfades, ¿vale?

Unas horas después, justo después de que el sol se hubiera puesto sobre la ciudad y Lita estuviera relajándose perezosamente en la habitación del hotel, dejando que sus músculos cansados descansaran, llegó un mensaje a su teléfono.

Perdón por ser grosero. Te ves... diferente. Cole le estaba dand...