Read with BonusRead with Bonus

Acabo de tener relaciones sexuales con el mejor amigo de mi padre.

POV JULIA

Siento mi espalda golpear con fuerza la fría pared del baño. William me besa con tal intensidad y violencia.

¡Todavía no puedo creer que esto esté pasando!

Si es un sueño, nunca quiero despertar.

Explora mis labios y con sus manos, cada parte de mi cuerpo que arde con su toque.

Tomo impulso y con su ayuda, me siento en el lavabo del baño.

Llevaba un vestido, y eso le facilitó mover mis bragas a un lado y estimular mi anhelo por su toque. Jadeo al sentir un dedo deslizándose dentro de mí.

Estaba tan mojada.

Siempre he soñado con este día, pero es incluso mejor que en mis sueños.

A una velocidad asombrosa, saca un condón de su bolsillo, desabrocha sus pantalones, saca su miembro y se pone el condón. Mueve mi pierna a un lado, y por un breve momento, dudo.

Soy virgen.

Pero si digo algo, primero, me reconocerá, y segundo, no querrá continuar.

Y quiero esto tanto.

He perdido la cuenta de cuántas veces he soñado con este día y me he despertado extremadamente mojada. Soy virgen, pero me he masturbado miles de veces pensando en este hombre.

Jadeo al sentir un dedo deslizándose dentro de mí de nuevo.

—¡Dios, estás chorreando! —dice, sacando su dedo de mí y chupándolo sin romper el contacto visual.

Esto es el paraíso, sin duda.

Tan sexy.

Siento una ligera quemazón, pero nada que me haga querer retroceder.

Sé muy bien lo que quiero, y ahora mismo, quiero a Will.

William posiciona su miembro en mi entrada y me penetra con fuerza sin previo aviso.

Mis ojos se llenan de lágrimas y siento ganas de gritar, lo confieso.

Dolió. ¡Dolió mucho!

William detiene sus movimientos al notar mi reacción.

—¿Estás bien? —pregunta, evaluándome.

—Sí. Sigue —digo, tratando de disimular mi voz lo más posible para no ser reconocida.

Él asiente y comienza a moverse dentro de mí de nuevo. Ahora el dolor es mínimo y da paso al placer.

El ruido de la fiesta parece haberse disipado, los únicos sonidos son nuestros gemidos mezclados.

—Maldita sea —murmura mientras me embiste con fuerza.

Con una mano, me da la vuelta, aún penetrándome mientras estimula mi clítoris.

Sabe exactamente qué hacer.

Una bofetada. Dos. Tres. Varias secuencias de bofetadas caen sobre mi trasero.

—Me encanta el tatuaje —dice, dándome otra bofetada. Tengo una fresa mordida dibujada en mi trasero.

William me penetra profundamente y envuelve su mano alrededor de mi cabello, tirándolo hacia atrás.

—¡Estás muy caliente! —dice con una voz ronca en mi oído.

Siento mi cuerpo temblar, estoy cerca de llegar al clímax.

Unas cuantas embestidas más y llegamos juntos. Mis piernas se sienten débiles y él tiene que sostenerme para que no caiga al suelo.

Permanecemos en silencio mientras nuestra respiración vuelve a la normalidad.

Me miro en el gran espejo del baño y me doy cuenta de lo que acabo de hacer.

Acabo de tener sexo con el mejor amigo de mi padre.

Eso está mal.

Pero, ¿por qué fue tan bueno?

Me aparto suavemente de sus brazos y rápidamente empiezo a ponerme la ropa.

—¿A dónde vas? —pregunta, y yo permanezco en silencio. —¿Por qué tanta prisa? —pregunta mientras se sube la cremallera de los pantalones.

—Fue un error —digo antes de salir corriendo del baño.

Paso entre la gente, mirando hacia atrás todo el tiempo, temiendo que él venga tras de mí.

Quiero que este secreto me acompañe a la tumba.

Imagínate si se entera de que acaba de tener sexo con la hija de su mejor amigo.

Ni siquiera quiero imaginar lo que podría pasar...

Siento que mi cuerpo choca con alguien y estoy lista para maldecir, pero entonces veo a Olivia mirándome extrañada.

—Olivia —murmuro, mirando hacia atrás en busca de William.

—Julia, ¿dónde estabas? ¡Tus padres te están buscando! —Sigue mirándome extrañada.

—Yo... estaba por ahí cuando mi mejor amiga insistió en que viniera, pero me dejó plantada —digo, fingiendo estar herida.

—Oh, perdóname, amiga. Ya sabes, mis padres empezaron a presentarme a tanta gente... —dice, a regañadientes, sobre el comportamiento de sus padres.

—Está bien —le doy una media sonrisa.

—¿Por qué miras tanto hacia atrás? ¿Pasa algo? —pregunta sospechosa.

—Nada. Me voy —digo, tratando de pasar a su lado, pero ella me agarra del brazo.

—Tus padres te están buscando —me recuerda.

—Liv, necesito irme. Dile a mis padres que me sentí mal, que tenía dolor de cabeza y me fui a casa temprano —le pido.

—¿Pasó algo? ¿Estás molesta conmigo por dejarte sola? —pregunta.

—No pasó nada. Solo necesito irme.

Dicho esto, dejé a Olivia atrás y prácticamente salí corriendo del salón de baile. Solo pude respirar un poco más tranquila cuando estuve afuera. Miré alrededor buscando un coche para poder irme.

—Julia —escucho que alguien llama. Me giro para enfrentar a la persona y veo a Lorenzo. El hijo de un amigo de mi padre.

—Lorenzo —forcé una sonrisa al mirarlo.

—¿Ya te vas? —pregunta.

—Sí. Tengo dolor de cabeza —mentí.

—Te llevo —ofrece.

—No es necesario.

—Sí, lo es. Me gusta pasar tiempo contigo —sonríe con picardía.

—Está bien —acepto.

—Mi coche —señala un coche deportivo que acaba de detenerse frente a nosotros.

Lorenzo abre la puerta del pasajero para que entre, y lo hago. Da la vuelta al coche y lo arranca, conduciendo.

Los momentos con William nunca se fueron de mi mente, pero eso fue todo. Solo fueron un buen recuerdo y nada más. Aunque es un buen recuerdo, sigue siendo un recuerdo... Nadie sabrá jamás lo que pasó en ese baño, excepto él y yo.

Previous ChapterNext Chapter