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Regla 158: La familia no es solo cuestión de sangre, se trata de a quién puedes llamar a las 2 de la mañana para pagar la fianza o simplemente para llevarte un helado de emergencia.

Mis lágrimas parecen ser exactamente lo que George esperaba. No duda, me envuelve en el mayor abrazo de oso y me deja presionar mi cara contra su hombro, empapando su camisa con mis lágrimas. No me pide que hable ni me dice que todo está bien. Simplemente me deja llorar. Cuando finalmente se me acab...