Read with BonusRead with Bonus

60. No puedo sonreír sin ti

—Después de ti, ma... ¡Maldita sea!

—Gracias, señor —sigo el juego mientras camino con cuidado, asegurándome de no dejar ninguna huella en sus zapatos blancos de marca al subirme al asiento del pasajero.

Instantáneamente, un rico aroma amaderado me recibe, mezclado con un toque de cuero, y mi aten...