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Capítulo 305

Llegamos a la finca del rey, pero la vista delante de nosotros me detiene en seco. Mi pecho se aprieta y, por un momento, no puedo respirar. La tierra es un campo de batalla, llena de cuerpos. La sangre mancha el suelo, pintando un rastro macabro que lleva hacia el castillo. El aire huele a hierro y...