Read with BonusRead with Bonus

Es mi perfecto. Me encanta

ALINA

—Cuidado, Dante... no pongas las piernas así... no, no, no apliques tanta presión en tus piernas... —le insistí a Dante como si fuera un niño pequeño aprendiendo a dar sus primeros pasos. Dante gruñó y suspiró mientras subíamos las escaleras que llevaban a nuestra habitación.

Dante y yo acab...