Read with BonusRead with Bonus

Un beso doloroso

ALINA

—¡¿Estás tan ciego que confundiste mis piernas con la mesa, Alina?! —rugió Dante, levantándose de su asiento de un salto.

—Lo siento, voy a buscar una servilleta de inmediato —supliqué, intentando darme la vuelta cuando una mano de hierro me arrastró de nuevo.

—¿Estás loca, Alina? —preguntó...