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07

Las mejillas de Danika se sonrojaron ante el cumplido, y bajó la cabeza. —Gracias, maestro.

Él se giró y comenzó a caminar con las manos detrás de la espalda. —Soy tu rey esta noche. No tu maestro.

El recordatorio la hizo brillar. Decidió arriesgarse con el destino. —Entonces, ¿puedo hacerte una p...